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Templo
de Artemisa
Siglo VII a.C.
El Templo de Artemisa, situado
en Éfeso, (Turquía), es el único templo que encontramos en la Época Arcaica de
orden jónico, dedicada a la diosa Artemisa. Esta era la diosa protectora de la
caza, los bosques y todos los elementos de la naturaleza, teniendo también una
gran vinculación con la idea de la virginidad, de la protección de las niñas y
las doncellas y de los procesos relacionados con la salud de las mujeres.
Su
construcción fue comenzada por el rey Creso de Lidia y duró aproximadamente 120
años. En el interior de este santuario se hallaba la estatua de Artemisa, una
obra de dos metros de altura tallada en madera de vid y revestida con plata y
oro.
Fue
diseñado por el arquitecto cretense Quersifrón aunque fue terminado por el hijo
de este tras su muerte
Todo
el templo estaba hecho de mármol. Constaba de unas 127 columnas, como ya hemos
dicho, de orden jónico. En sus partes presenta un opistodomo, naos, (el cual
era alargado y estrecho, en el que se hallaba la estatua de culto de Artemisa) y
pronaos, además de ser un modelo díptero,
con una triple hilera de columnas en la fachada y el doble de peristilo a los
lados. Un detalle poco común y muy característico es que las columnas estaban
decoradas en su parte inferior con relieves policromados.
Se
alzaba sobre una gran krepis rectangular formado por tres escalones (dos estereóbatos
y un estilóbato), con una alta decoración en la parte del friso ornada con
figuras en relieve y en el frontón.
Se
conoce como una de las “siete maravillas del mundo antiguo”; apenas quedan
restos ya que fue destruida el 21 de julio del 356 a.C. (fecha que coincide con
el nacimiento de Alejandro Magno), un incendio destruyó totalmente el templo.
El incendio fue provocado por un pastor llamado Eróstrato.
Lo único que se conoce de este
templo es mediante grabados.
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