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21feb2017
RETRATO DE GIOVANNI ARNOLFINI Y SU ESPOSA
Fotos tomadas de aquí.
Se trata de un cuadro costumbrista realizado por el pintor
flamenco Jan van Eyck. Como se puede apreciar, en el propio cuadro quedó
reflejada su firma "Jan van Eyck estuvo
aquí,1434".
Siguiendo con las dimensiones propias de la pintura gótica
flamenca es un pequeño cuadro (no llega a un metro de altura) pintado al óleo
sobre tabla de roble, a pesar de que la técnica más empleada en la época era la
pintura al temple. Consiste en un retrato del matrimonio Arnolifini en el
dormitorio de su casa. Ambos se encuentran en un primer plano en el que se sabe
que, por la posición de las manos, están contrayendo matrimonio.
Su dibujo es muy minucioso e individualiza cada uno de los
rasgos; es característico el tratamiento del pelo del perro y en especial, el
manejo de los textiles, como las diversas pieles en el abrigo de Giovanni o la
textura del metal de la lámpara. La composición del cuadro es bastante
simétrica, dado que el eje central se encontraría en las manos; y, aunque
presenta diversas líneas de fuga, todas desembocan en el centro superior del
cuadro.
Jan van Eyck crea una perspectiva mediante el suelo, y a la
izquierda abre un vano que deja pasar perfectamente luz natural a la habitación
para aportar mayor realismo. Esa pequeña ventana, un tanto geométrica, deja
entre ver mediante unas finas pinceladas la fachada de un edificio exterior. El pintor ha querido introducir elementos de
la vida cotidiana (el calzado, el rosario),muchos de los cuales presentan
múltiples significados: las naranjas es signo de fertilidad, el perro de
fidelidad, la única vela de la lámpara simboliza a Cristo, el espejo sin mancha
la pureza, etc.
En cuanto a los colores empleados, van Eyck emplea toda una
gama de colores entre los que destacan los fríos como el verde y azul , y unos
tonos terrosos y rojizos más cálidos.
Cabe destacar la presencia de un espejo convexo que se
encuentra colgado en la pared. Si se analiza detenidamente, el espejo no solo refleja
al matrimonio Arnolfini, sino también a dos figuras más que se situarían en la
posición del espectador y no aparecen
como tal en el cuadro. La minuciosidad es constante, como el velo de la esposa
(cuyo peinado en la época era signo de una mujer ya casada) o el espejo que presenta diez escenas de la vida
de Cristo.
En todo su conjunto, la obra es muy naturalista atendiendo a
la voluntad del autor a representar la escena con la mayor exactitud posible, a
pesar de que las figuras presentan una actitud bastante hierática y rígida.
Hoy día, siguen siendo innumerables las cuestiones sobre el
cuadro (si su mujer estaba embarazada por la caída y abultamiento del vestido y
posición de la mano; si era un homenaje de Giovanni a su esposa muerta y a la
familia que nunca tuvo, etc.).
Lo que se sabe es que, sin duda alguna, es una obra maestra.
Alejandra Miranda Marín
Hª del Arte
2º B de Bachillerato
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