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SATURNO
DEVORANDO A SU HIJO
Imagen tomada de aquí
Según la mitología, el
dios Saturno o Cronos debía eliminar a todos sus hijos para evitar que lo
destronaran. Así, cuando nacían de su mujer, la diosa Ops, (Rea para los
griegos), él directamente se los comía. Sin embargo, su mujer, tras nacer
Júpiter y Juno, tan sólo le mostró al padre la segunda poniendo en lugar de
Júpiter una piedra que envolvió en una manta y se lo entregó, tragándose así,
la piedra, persuadido por el engaño.
Ops mandó criar a su
hijo en secreto en la isla de Creta, y al crecer cumplió la profecía,
destronando a su padre y convirtiéndose en padre de los dioses
Esta
pintura de Goya pertenece a una colección denominada "pinturas negras”. No
solo por la tonalidades oscuras dominantes sino por la temática elegida por el
autor; Goya pasó
los últimos años de su vida reflejando en sus pinturas el pesimismo vital que
estaba sufriendo, debido entre otras cosas, a su sordera.
De fondo negro, nos
representa de cuerpo entero a un personaje desdibujado, cuya deformidad es
evidente y que produce mucho más dramatismo en la escena. Así, otro elemento
que representa dicha crueldad es que apenas es dibujo, sino una simple mancha
que sale de la nada oscura. Goya representa al dios como un verdadero monstruo,
con unos ojos saltones y atormentados, locos de ira. Así, representa al tiempo
como un animal inexplicable que nos devora. Sería una imagen del tiempo
melancólica por parte de Goya, que ya mayor, representa su nostalgia del tiempo
pasado. Se trata de una pintura muy cruel, llena de dramatismo, sobre todo
visto en dos puntos: la boca del dios desgarrando la carne de su propio hijo y
la mancha de color representado la sangre. Esta última es verdaderamente
desconcertante, ya que es una simple mancha, sin dibujo, resaltando el carácter
espontáneo.
Goya
en estas Obras se muestra como un pintor revolucionario, que prescinde del dibujo
que es sustituido por grandes manchas de pintura. Las formas deformes,
representa la visión más oscura del ser humano; visión que se acentúa en Goya
con el paso de los años, fruto de su sordera que lo aisla del mundo y de su
experiencia durante la Guerra de la Independencia contra los franceses.